Por los pasados 40 años, desde que se fundó lo que se conoce hoy como el World Wrestling Council (WWC), tanto “El Acróbata de Puerto Rico” Carlos Colón, como José Huertas González, El Invader #1, han sido sus figuras más emblemáticas.

Ambos han llenado coliseos y estadios a través de toda la Isla, particularmente en la década de los 80, incluyendo sobre 35,000 personas en el Estadio Hiram Bithorn en 1984 durante el undécimo aniversario de la compañía –algo que hoy día todavía es un récord local.

Y éste próximo sábado –muy a pesar de que el señor tiempo no perdona– estas dos leyendas regresarán una vez más al ensogado cuando se midan en el evento estelar de la cartelera denominada “ Summer Madness” que se celebrará en la cancha Héctor Solá Bezares, de Caguas.

Pero en esta ocasión, en vez de hacer parejas como técnicos, como se les ha conocido por gran parte de sus carreras, se verán las caras como enemigos.

“He rebajado 30 libras en los pasados meses para desquitarme de la traición de El Invader y ponerlo en su lugar”, dijo Colón a Primera Hora en alusión a su recién creado feudo con El Invader como parte de la batalla de ambos por el control de la compañía WWC.

Colón, de 65 años de edad, y que no ha luchado en los pasados cinco años, ha dedicado sus últimos años a dirigir los destinos de la compañía promotora de lucha y de propulsar las carreras de sus hijos Carlito y Eddie (conocido internacionalmente como Primo) y su sobrino Orlando (Épico).

Pero para este evento, tanto Colón como Huertas han desarrollado una historia en la que, por los pasados meses, se ha visto inmerso en una disputa con su hijo mayor Carlito, quien reclutó los servicios de El Invader para, según la trama, adueñarse de la corporación.

“Carlos no sabe en el lío que se ha metido. Yo camino varias millas todos los días y entreno en el gimnasio, así que estoy en condición. Sí él cree que por bajar un par de libras va a poder enfrentarme, no sabe en lo que se ha metido. Que se cuide Carlos Colón, que puede ser su última lucha”, explicó El Invader, de 67 años, quien tras su cambio al bando rudo se hace llamar “The Puerto Rican Dream”.

Lo cierto es que después de cuatro décadas dedicadas al entretenimiento de la lucha libre, sean rudos o técnicos, estas dos legendarias figuras de la cultura popular boricua aún despiertan pasiones entre sus seguidores y el próximo sábado en Caguas volverán a hacer historia.