Muchas cosas en tu vida están en perfecto orden: la casa y el trabajo, las comidas de todos, los estudios y los uniformes de los nenes, las cita del perro en el veterinario y hasta los cambios de aceite y filtro de tu carro. Tienes un calendario con todo bien apuntado de antemano para que no se te olvide nada. Y, en efecto, raras veces algo se te olvida. Excepto una cosa: sacar tiempo para ti y tu relación con tu pareja.

Pero, que conste: ninguna de nosotras te echa la culpa porque, unas que más y otras que menos, todas estamos en el mismo bote. Hacemos de todo y somos de todo para todo el mundo –enfermeras, maestras, cocineras, lavanderas y fashion designers–, pero nos fallamos a nosotras mismas en un renglón sumamente importante. Porque, aunque sabemos lo que queremos y necesitamos, raras veces sabemos –o nos atrevemos a– pedirlo en tantas palabras.

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Por eso, el sexólogo Dr. Luis Rojas Díaz –quien, además, es obstetra y ginecólogo retirado, y fundador de la Asociación Puertorriqueña de Educadores, Consejeros y Terapistas Sexuales– nos insta a que no descuidemos nuestra intimidad y les pidamos a nuestras parejas la comprensión y la cooperación que tanto anhelamos, necesitamos y merecemos para poder cumplir (¡como tanto nos gustaría!) con nuestra vida conyugal.

Son muchas las razones

El Dr. Rojas Díaz es el primero en reconocer que “la mujer que tiene una vida con una pareja, en donde hay una relación, ella requiere sentirse amada para poder responder adecuadamente en un entrega sexual. Ella espera ser amada, acariciada, ser tomada en cuenta antes de sentirse con el deseo de entregarse en esa relación íntima”. Lo que ocurre, advirtió el experto, es que, en demasiadas ocasiones, “el varón no se fija en que ella llega (a la casa), estudia (con los hijos), cocina, prepara la ropa, etc., y cuando por fin llega a la habitación”, está muerta del cansancio. Y, en esas circunstancias, ¿quién puede responder con el debido entusiasmo a la invitación de: “Nena, vengo a hacerte el amor”? “¿Trabajo como una mula y ahora quieren que responda?”, podría cuestionar cualquiera de nosotras en las circunstancias que el sexólogo describe, ¿no te parece?

De otra parte, Rojas Díaz no descarta el hecho de que, en el caso de algunas de nosotras,  descuidar la sexualidad “puede obedecer a muchas razones como ignorancia o a una educación estricta religiosa, inadecuada y equivocada, que hace que (la mujer) le reste prioridad al aspecto de la sexualidad. También, está la conceptualización errónea de que la sexualidad (humana) es, meramente, un instinto animal en el ser humano, cuando no es cierto que sea así. Esa conceptualización errónea es lo que lleva a muchas personas a mirarlo (el sexo) como algo no prioritario y ni deseable”.

Patrones culturales

El sexólogo hace mención del concepto del machismo, que de tantas formas nos afecta a las mujeres porque “nuestra cultura local se rige más bien por la idea de que esto (el sexo)”, o sea, desearlo y disfrutarlo plenamente, “es territorio exclusivo del macho”. Debido a esto, insiste Rojas Díaz, “la mujer se mira a sí misma como alguien a ser utilizada cuando el macho lo requiera”, en lugar de cuando ambos lo deseen.

El experto también se lamentó de que, como parte de nuestras costumbres culturales, a las mujeres se nos enfatiza “mucho la parte maternal, la parte del ama de casa, pero no se estimula la parte sexual de la mujer en el concepto de la convivencia en el matrimonio”. 

Por ello, en sus talleres de renovación conyugal en el Centro Gaviota, Rojas Díaz promueve la noción de que “la dádiva más grande que puedes darle a quien tú amas es darle lo que (más) te pertenece a ti, que es tu persona. Y eso es lo que tú das en una entrega sexual: tu persona, tu ser se lo das a otro para que te disfrute y viceversa. Si lo vemos así, entenderíamos cuán grande es la expresión sexual para una pareja de casados y para cualquier persona. Por eso, (en nuestros talleres) insistimos que tener sexo casual, lo pueden tener muchos, pero el sexo por amor es edificante, transformador y trascendente”. Para enfatizar su punto, el facultativo citó la canción de José José que dice: “Casi todos sabemos querer, pero pocos sabemos amar”.

Valora a tu pareja... y a ti misma

Si eres mujer y eres latina, tú sabes bien que desde pequeñas nos enfatizan que, en la vida, el amor a los hijos tiene que estar por encima del amor conyugal. Pero, el Dr. Rojas Díaz opina que esto es tanto incorrecto como improductivo. “Los hijos proceden del amor conyugal, no anteceden al amor conyugal; surgen del amor conyugal, son reflejo (de ello), son una bendición. Pero, el amor conyugal es el primero de todos los amores, sin embargo, no lo tratamos ni con respeto ni con prioridad ni con la caridad que se debe tratar lo más sagrado y santo entre nosotros (como pareja)”.

Finalmente, el sexólogo reiteró la importancia de que expresemos nuestras necesidades,  comunicándonos “a nivel de sentimientos y  de una manera que el otro no  vea que lo estás juzgando ni acusando, sino simplemente diciéndole cómo te sientes: ‘Si tú me dieras una ayuda’, podríamos tener fuegos artificiales en la cama’”, acotó.