La jefa de la Fiscalía federal, Rosa Emilia Rodríguez, se pasa diciendo en todas las conferencias de prensa que “parece que la gente no aprende y sigue cometiendo actos de corrupción”. A Rosa Emilia le digo que es exactamente lo contrario. Ellos sí aprenden y ven las penas bobas que les echan, que casi nunca los cogen, pero que cuando los cogen con “cooperar” solo les echan tres a cinco años y salen de lo más bien y muchos con empleos rapidito. Además, los meten en cárceles de custodia mínima y de cuello blanco, que es duro, pero jamás tan duro como lo que fue Oso Blanco de los años 80. No es que no aprenden, es que aprendieron a hacerlo mejor y a arriesgarse pues el beneficio es más que el perjuicio.

¿Cómo sería el mundo si ciertas personas vivieran con casi total impunidad? ¿Cómo se comportarían estas personas? ¿Qué tal si te dijera que estas personas que actúan casi con total inmunidad tienen a su cargo el futuro de un país? Que estas son las personas que toman las decisiones, los que deciden qué leyes pasan y a quién se le dan los contratos. Esos son quienes deciden qué leyes les aplican a los bancos o quiénes llegan a ser jueces.

Dime, ¿cómo crees que estas personas actuarían si tuvieran inmunidad? Yo sé la respuesta: estarían por la libre. Estarían pasándola ca#$%^&, viajando en helicópteros, usando trajes de miles de dólares, teniendo almuerzos de cientos de dólares en Ruth’s Chris y Morton’s, utilizando relojes de $10,000 y $20,000 y ayudando a los panas con leyes que beneficien a sus negocios, aunque no al País, y recibiendo billetes en el baño del Capitolio. Dándose viajes con jevas a Francia e Italia y hasta a Grecia.

Este personaje ficticio existió por más de 20 años en la política de Puerto Rico y estuvo en ambos partidos. Cuando vio que en el Partido Popular Democrático (PPD) su entonces líder Sila Calderón hizo hasta lo indecible para que no lograra ser presidente de la Cámara de Representantes, dijo que era estadista y se fue al Partido Nuevo Progresista (PNP), a ver si allá tenía más “break”. Y es que en Puerto Rico ser político y ser corrupto es un negociazo.

Esta semana pasada salió libre -después de cinco años preso- Jorge de Castro Font, el corrupto ejemplar del Gobierno de Puerto Rico. Un hombre que por años vivió con inmunidad total e hizo y deshizo como quiso. En países como Japón, De Castro Font hubiera servido una condena de al menos 30 años de cárcel y después de salir sería visto como una desgracia y que perdió todo su honor. En países como China, su sentencia hubiera sido la pena de muerte.

Aquí el sistema condena de forma liviana al corrupto, mientras que a las penas de convictos por otros delitos les mete el chambón de por vida. El problema no es que saliera libre, el problema es su condena laxa y el recibimiento al ser liberado, que hasta un trabajo tenía a las 24 horas. Todo esto lo que demuestra es que ser corrupto es un negociazo.

Dime tú, si te dijeran que puedes vivir como un rey gracias a la corrupción por 20 años, hacer billete, tener poder y que las posibilidades de que te cojan son mínimas (todos sabemos que hay mucha, pero mucha más corrupción que la que llega a corte). Y si por mala suerte te cogen, tu castigo es poco, siempre y cuando tires al medio a dos o tres, pues “cool mano”. ¿Vale la pena? Un tipo que no tiene un doctorado de Harvard o Stanford, que con su resumé hay montones a $7.25 la hora logra vivir como un pachá y si me cogen pues… ya sabes cinco añitos en una cárcel de mínima, en la mayoría de los casos. Un sujeto que vivió como un verdadero jeque árabe por 20 años y pagó con cinco de cárcel y ahora tiene trabajo como “asesor” bien pago. ¿Tú no cogerías esa oferta? La razón por la cual las condenas a narcotraficantes (hasta los no violentos) son tan altas es que el País quiere evitar que otras personas hagan lo mismo.

Pero en la política no, ahí te pasan la mano. Toda persona en un puesto político que estaba considerando cometer un delito, con la salida de De Castro Font, probablemente dijo: “Que se jo%^&%$#, vamos a hacerlo, ¿qué es lo peor que puede pasar?”. Total, siempre estará la duda de que fue “persecución política”.

Muchos dirán que comparar los crímenes de estas personas con los de narcotraficantes no es justo, pero yo difiero profundamente. El efecto de la corrupción no se ve de inmediato, pero a largo plazo es catastrófico. Porque el problema de la corrupción no es el dinero que se embolsilló el corrupto, el problema es los efectos secundarios de eso.

El ejemplo más reciente es cómo la compra de combustible de menor calidad le costó a la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE) al menos $500 millones por la baja en eficiencia. Esos son $500 millones que el pueblo pagó porque alguien estuvo dispuesto a mirar para el lado, por par de pesos. ¿Saben ustedes cuántos servicios se pueden brindar al pueblo con esos $500 millones, cuánta actividad económica hubieran generado si no se hubiesen tenido que gastar en costo de electricidad? Les echaron a las plantas generatrices combustible regular al precio del “premium”, dañando el equipo. Con eso hay que pagar más para reparar las plantas, más en tapar las emisiones de contaminantes. Si tu hijo tuvo un ataque de asma es por este tipo de contaminación, dinero que pagamos en la factura de la luz y en gastos médicos. Todo eso gracias a  que un corrupto estuvo dispuesto a pasar combustible barato como si fuera caro para coger un billete. Estamos hablando de millones y millones de dólares que nos ha costado la corrupción. La cantidad es incalculable. Eso es mucho más y nos afecta a muchos más que otros delitos que tienen cadena perpetua.

Escuché a Andrea de Castro con mi pana El Molusco en radio defendiendo a su papá De Castro Font y diciendo que lo que hizo estuvo mal, pero que “contratistas y empresarios quisieron darle dinero para adelantar sus negocios y ayudarlo en su campaña y por eso su papá cogió el dinero”. Eso no fue del todo así, pero Andrea… Te he conocido ya en muchas actividades y de verdad pienso que eres una buena persona y mucho más madura de lo que mucha gente cree. La verdad Andrea, no lo defiendas. Lo que tu papá hizo no fue meramente coger dinero para su campaña, lo cogió para darse una vida que no podía haberse dado de otra forma porque quería ser rico sin tener nada que aportar, solo por venderse a quien mejor le pagara. Vendió al pueblo para él darse la buena vida. Tú lo sabes y sabes las que tu mamá vivió también por él creerse la gran cosa, por precisamente esos “contactos” y “el billete” mal habido que tuvo en sus manos. Las obras de arte, los relojes, los trajes, los viajes, el helicóptero, las cenas, las jevas, la opulencia y su jaquetonería, todo eso se debió gracias a detener proyectos que eran buenos para el País, fue por confirmar a jueces sin méritos, que eran malos para el País, fue por adelantar proyectos que eran malos para el país, fue por confirmar nombramientos que eran malos para el País, fue por detener protecciones ambientales que eran buenas para el País. Pero mientras las cosas que hacía eran malas para el País, eran buenas para su bolsillo y el de sus panas. ¿Crees que eso es defendible?  

Andrea, tu papá puede hacer mucho por Puerto Rico hoy escribiendo un libro detallado de lo podrido del sistema, con nombres, apellidos, datos, pero no lo justifiques. En gran medida los $70,000 millones de deuda que tenemos ocurrió porque la corrupción ilegal y la legal administró para los mejores intereses de la corrupción y no para lo mejor del País.

Mediante corrupción se vendieron hospitales a precios cuestionables, hoy no tenemos cómo pagar la reforma de salud y eso nos ha costado billones de dólares. Por corrupción, pacientes de sida no recibieron medicamentos y murieron. Por corrupción, no cambiamos a gas natural y endeudamos a la AEE, pagando costos altísimos y no dimos oportunidad de crecimiento económico. Por corrupción, vendimos buenos terrenos y hoy son cemento abandonado. Por corrupción, nos quedamos sin Navieras que aseguraran un bajo precio en nuestros alimentos. Por corrupción, las empresas de barcos que traen aquí suministros nos cobraron $500 millones de más y pagamos precios carísimos. Por corrupción, se dieron permisos de construcción donde no se debía y hoy nuestras casas valen la mitad de lo que valían hace 10 años. La emigración, la pobre calidad educativa, la baja calidad en servicios médicos, la caída del valor de las casas, todo eso llegó al punto en  que estamos por corrupción, por amiguismos, por dar contratos al garete. ¿Qué hace más daño al país que eso?

Cada vez que la fiscal federal dice “que no aprenden la lección y que vuelven a caer en la corrupción” recuerde esto. Busquen el tiempo que pasaron tras las rejas por corrupción José Granados Navedo, Freddie Valentín, Héctor Martínez, Angie Rivera, Fernando Tonos, Yamil Kourí, Miguel Vázquez Botet y Marcos Morell, por mencionar algunos. ¿Y los empresarios que dan el billete y que reciben el beneficio, cuántos años han ido presos? Como los de Acodese y los planes médicos, que le dieron dinero al PPD y a De Castro Font, como lo admitió Miguel Vázquez Deynes, o la jueza que le dio dinero a De Castro Font.  

Claro que aprendieron y vieron que, después de todo, en Puerto Rico ser corrupto paga.