Fueron muchísimos los árboles que sufrieron graves daños o fueron desgarrados de la tierra cuando el huracán María atravesó con sus voraces vientos y lluvias como si fuera una podadora gigante sobre Puerto Rico. Algunos de esos árboles causaron particular impacto al verlos abatidos, ya fuera por el lugar donde estaban, su colosal tamaño, su antigüedad, su forma, su significado. En ese grupo está el centenario árbol que recibía a la gente junto a la Puerta de San Juan, en el casco histórico capitalino.

El enorme árbol, un jagüey blanco, fue arrancado por María de su recinto, quedando con sus raíces expuestas y ramas partidas. La imagen del gigante caído era tan desoladora como las que se veían por todo el resto de la Isla. 

Pero un grupo de ciudadanos, empleados y funcionarios de la Compañía de Turismo y otras agencias pensaron que quizás valía la pena tratar de ayudar al árbol en lugar de darse por vencidos.

“Cuando pasó (el huracán) Irma toda esta área recibió un primer embate. Y cuando le dio María se afectó muchísimo. Sobrevivieron algunos árboles, pero entre los que se cayeron estuvo el árbol de la Puerta de San Juan”, contó Jovani Narváez, director de la Administración y Recursos Humanos de Turismo. 

“Cuando vimos el árbol, era bien triste. Y con todo lo que estaba pasando, pues salvar un árbol no es lo primero que te viene a la mente. Pero cuando el director de Turismo vio el árbol dijo ‘yo quiero salvarlo’”, recordó Narváez. “Nosotros le dijimos, ‘pero director, estamos en proceso de salvar vidas, los equipos están en otros lados, el árbol quedó mal, con las raíces por fuera’. Pero él insistió, porque además para él era algo personal, porque cuando era niño su mamá lo llevaba allí y descansaban bajo su sombra”.

Así las cosas comenzaron a podar las numerosas ramas del árbol poco a poco, “siempre con la idea de salvarlo”. Paro las raíces habían salido a tal punto, que una persona podía pararse debajo de ellas. La tarea de revivir aquel tronco de unas 30 mil libras de peso parecía imposible. 

“La gente que pasaba por allí lloraba al verlo. Iban en grupos, le echaban agua, gente de San Juan, y quizás de afuera. Se resistían a perderlo”, dijo Narváez. 

Entonces pasó lo impensable. La misma naturaleza volvió al rescate. Mientras podaban el árbol, pasó una onda tropical y le dio agua y ablandó la tierra. 

“Fue increíble. A medida que le sacaban más ramas, el árbol se empezó a enderezar solo. Parte de las raíces se empezaron a enterrar otra vez en la tierra”.

El temporal tumbó el centenario árbol, pero ciudadanos logran salvarlo

En efecto, el jagüey tenía brotes que indicaban que estaba vivo. “A mí se me pararon los pelos. Ahí mismo paramos de podar. Pero entonces todo eran preguntas. ¿Qué hacemos? ¿Cómo lo salvamos? No conseguíamos un arbolista”. 

Entonces, Narváez recordó un evento de mercado agrícola capitolino que se había hecho a mediados de año, y que contó con una actividad de bonsáis en la que participó Pedro Morales, el director de ornato de la Superintendencia del Capitolio y quien también es horticultor y maestro de bonsái. 

“Lo llamamos, se puso a nuestra disposición, coordinamos y la superintendencia lo prestó. Llegaron de inmediato al árbol, tocaron sus raíces, yo creo que hasta lo olieron, y dijeron que se podía salvar”, recordó con emoción Narváez. 

Morales, que venía de rescatar un árbol en el lado sur del Capitolio con un alto valor simbólico para los soldados de la Guardia Nacional de Puerto Rico que estuvieron en Kosovo, de inmediato se percató de la similitud que había en la forma que estaba sembrado el árbol y los bonsáis. 

“Es un Ficus, estaba en un cajón en una jardinera. Era como un bonsái gigante. Aunque se cae, la mayor parte de sus raíces estaba en un espacio confinado, compactas”, explicó Morales. “En el bonsái, cuando lo cambias, sacas el árbol, le cortas el follaje y las raíces gruesas, y ponemos tierra nueva”. 

“En este caso las raíces se lastimaron, se partieron en 75 a 80 por ciento. Las cortamos, las tapamos con sacos, le dimos hormonas de crecimiento. Lo tuvimos como una semana así”, detalló Morales, agregando que pusieron un post en Facebook para que la gente ayudara a mantenerlo húmedo. 

“La respuesta fue tremenda. Le han echado agua, le rezan y todo. Es que verlo en el suelo era como decir ‘nos caímos’. Ese árbol de más de 100 años vivió San Felipe, Hugo, Georges, Hortensia, y se cayó con María”, contó Morales. 

Esa logística para levantar el árbol fue bastante complicada porque de entrada solo equipos relativamente pequeños podían acceder al lugar, así que las grúas estaban descartadas. 

“Había allí una señora con un galoncito, y me dijo que iba todos los días a hablarle al árbol y abrazarlo, y decía que estaba vivo y que teníamos que ayudarlo”, contó Carla Campos, subdirectora de Turismo, sobre el momento de levantar el tronco. “Ella lo seguía abrazando y no se fue hasta que terminamos de levantar el árbol. Ella había movilizado otra gente para que la ayudaran a llevar agua. Nos agradecía por lo que estábamos haciendo, y aseguró que iba a seguir echándole agua todos los días”.

El proceso de mantener al jagüey con vida, sin embargo, es todavía cuesta arriba, aunque Morales confía en que se logre. Si bien una parte del tronco parece que podría secarse, otra parte tiene nuevos brotes.

“Como es un árbol centenario, y no tiene follaje, le vamos a hacer injertos por acercamiento, con ramas de la misma especie. He hablado con otros que tienen bonsáis para que me donen arbolitos y los vamos a pegar al tronco en el área que no está brotando. Luego que se adhiera la rama, cortamos el arbolito y se lo devolvemos a bonsaísta”, explicó Morales. 

“La posibilidad de que se salve es bien alta, y con todo el empeño que le estamos poniendo, creo que se salva. En cuanto veamos crecimiento fuerte, ya sí te aseguro que sobrevivió”, afirmó Morales.

“Hay muchos árboles que están incluso en mejor situación, y se pueden salvar. Si nos ayudan, los podemos salvar. La gente que nos contacte a la Superintendencia del Capitolio o la Compañía de Turismo, y vamos a verlo. Si hay voluntad, se trata de levantar”, insistió Morales.