“Abrir y salir es lo que se nos piden en la Semana Santa, abrir el corazón y salir al encuentro de Jesús y de los demás, y también para llevar la luz y la alegría de nuestra fe”. Eso es parte del mensaje del papa Francisco en esta Semana Santa, que inició este domingo y en la que recordamos el camino de la cruz de nuestro amado Jesús.

Es el momento perfecto para abrir nuestros corazones e ir al encuentro con Jesús. Muchas veces, por no decir la mayor parte del tiempo, estamos inmersos en las cosas mundanas y se nos olvida sacar unos minutos al día para reconocer la presencia de aquel que todo lo puede, nuestro Padre Dios. Esta columna tiene como fin provocar la reflexión, aun cuando no seas cristiano.

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La Semana Santa es una celebración religiosa que conmemora la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo. Es un periodo de gran importancia para la comunidad cristiana, especialmente para nosotros, los católicos.

El pasado domingo, conocido como el Domingo de Ramos, se conmemoró la entrada triunfal de Jesús a Jerusalén. Durante esta celebración, se bendicen las palmas y ramas de olivo, que los fieles llevan en procesión y se utilizan para decorar iglesias y hogares. A lo largo de la semana, se llevan a cabo diferentes eventos y ceremonias que rememoran los últimos días de Jesús. Con el Jueves Santo comienza el Triduo Pascual, con la Última Cena, donde Jesús instituyó la Eucaristía y lavó los pies de sus discípulos. En algunas comunidades se realiza la tradición del lavatorio de pies, donde los sacerdotes lavan los pies de doce personas, simbolizando el gesto de humildad y servicio de Jesús. Además, es en ese momento en donde se instaura el gran mandamiento del amor.

El Viernes Santo es el día en el que se conmemora la crucifixión y muerte de Jesús. Es un día de recogimiento y reflexión, donde se realizan procesiones en las que se lleva a cabo el Vía Crucis, que representa el camino de Jesús hacia el Calvario. Además, se celebra la liturgia de la Pasión del Señor, se recuerdan las Siete Palabras, se hace el sermón de la Soledad y se visitan las 7 Iglesias, tradición de muchos. Es un momento hermoso para acompañar a Jesús en el Santísimo.

El Sábado Santo es un día de espera y preparación para la celebración de la Resurrección de Jesús. En la noche se lleva a cabo la Vigilia Pascual, considerada la celebración más importante de la Semana Santa. Durante esta ceremonia, se enciende el Cirio Pascual, se proclama la Buena Nueva de la Resurrección y se celebra el bautismo y la confirmación de los catecúmenos. Esta celebración, a muchos nos recuerda al beato Carlos Manuel Rodríguez y su hermosa frase: “Vivimos para esa noche”, y esa noche es especial para la mayoría de los puertorriqueños católicos.

Finalmente, el Domingo de Resurrección, también conocido como Domingo de Pascua, se celebra la victoria de Jesús sobre la muerte. Es un día de alegría y esperanza, donde se realizan procesiones y se celebra la Eucaristía. Se intercambian saludos de “¡Felices Pascuas!”. Es el día para estar de fiesta, pues Cristo ha resucitado.

La Semana Santa es una época de profunda reflexión y fe para los creyentes. Además de su significado religioso, también es una oportunidad para el descanso, la reunión familiar y la reflexión personal. Cada año, millones de personas en todo el mundo participan en las celebraciones de la Semana Santa, ya sea asistiendo a misas, procesiones o realizando actividades de devoción en sus hogares.

Así que la invitación de hoy es vivir esta semana con fe y devoción, pidiéndole a Dios que bendiga a nuestra amada Isla y poniendo al pie de la cruz eso que tanto te ha pesado y necesitas soltar. Es un buen momento para creer, confiar y esperar en Jesús.