En momentos en que los principales programas del deporte escolar de la Isla compiten por la gloria que les ofrece proclamarse campeón del básquet a nivel nacional mediante la competencia que les presenta el torneo Top Ranked de Buzzer Beater, posiblemente en varias partes del país habrán niños y jóvenes lamentando que no han recibido una oportunidad para estar ahí y recibir al mismo tiempo una buena educación que complemente su entrega deportiva.

Con eso en mente, el exreguetonero y hoy en día ministro cristiano, Héctor Delgado, antes conocido artísticamente como ‘El Father’ ha comenzado a darle paso a una idea en conjunto con el entrenador de baloncesto Steven García para fundar una academia enfocada en dar oportunidades a niños y jóvenes de escasos recursos con miras a que también tengan la posibilidad de soñar con ser parte de un torneo como el Buzzer Beater y con una carrera profesional deportiva o académica.

La escuela llevará el nombre de Jireh Basketball Academy y surge por el junte con el programa deportivo que dirige García, ProBounce Basketball, un centro de desarrollo de baloncelistas con sede en Carolina.

El reconocido pastor y excantante urbano, junto al entrenador de destrezas deportivas estarán haciendo tryouts para la referida academia comenzando en el sector Galateo, en Río Grande.

“Haremos tryouts en los residenciales, en los barrios y ahí vamos a empezar a escoger jóvenes para traerlos a la academia para que Steven empiece a trabajar con ellos toda la parte técnica del juego y también que trabajemos con ellos la parte espiritual. Es como una alianza, donde cada uno, desde su base, está poniendo su granito de arena”, indicó Delgado.

Agradecidos y motivados con la iniciativa, ambos enfatizaron la ayuda deportiva y espiritual hacia los chicos como propósito del programa.

Héctor Delgado aparece aquí junto a Kenneth Santos Villanueva, Jendrick Albarrán Maldonado, Bryan Ramos Román, Kaleb Santos Villanueva y el  entrenador y dueño de la academia ProBounce, Steven García.
Héctor Delgado aparece aquí junto a Kenneth Santos Villanueva, Jendrick Albarrán Maldonado, Bryan Ramos Román, Kaleb Santos Villanueva y el entrenador y dueño de la academia ProBounce, Steven García. (Vanessa Serra Díaz)

“El propósito es poder ayudar a los jóvenes”

“El propósito de esto es poder ayudar a los jóvenes. Para mí es una honra y un privilegio que Héctor haya venido con una gran idea que tanto queríamos, de poder ayudar a los jóvenes de bajos recursos, de escuelas públicas, de barrios, de caseríos y poder ayudar no tan solo su juego y sus destrezas, pero también en su vida espiritual, siguiendo los valores morales de la vida”, expresó García.

Delgado, quien funge como pastor en la iglesia Maranatha en Río Grande, reveló que su iniciativa surge pensando en los diversos casos de amigos deportistas que tuvo durante su juventud, que por falta de oportunidades como esta terminaron en los caminos de la delincuencia.

“Esto a mí me toca muy de cerca. Tengo cientos de historias de amigos míos que hoy no están, que tenían la calidad de juego, pero no tenían las herramientas para poder llegar. Fíjate, que en estos días me senté con los muchachos a hablar y me hablaban de que tenían unos amigos que jugaron con ellos hace dos años atrás y eran caballos, tenían mucho talento, pero no tenían las herramientas y se quedaron estancados en el caserío”, comparte Delgado.

“Da mucha pena que con ese talento que hay en Puerto Rico, lo desperdiciemos por falta de herramientas y por falta de gente que les dé un seguimiento”, agregó el evangelista.

Héctor Delgado explicó que su nuevo proyecto estará enfocada en becar jóvenes de residenciales públicos.
Héctor Delgado explicó que su nuevo proyecto estará enfocada en becar jóvenes de residenciales públicos. (Vanessa Serra Díaz)

A su vez, García también relató sobre la falta de recursos en su etapa de crecimiento y lo importante que es para él entrenar y guiar hacia el evangelio a niños que carecen de las mismas ayudas.

“Yo recuerdo estar en esta misma posición como hijo de una madre sola en un barrio y en el caserío donde pasamos muchas dificultades. Poder estar en esta posición y utilizarla como herramienta y decirles a los chicos: ‘aquí estamos para ayudarte, yo te entiendo, yo sé lo que no es tener nada, porque yo no tuve los recursos, y ese es el Señor. Porque de donde él mismo nos sacó, nosotros podemos serviles a otros para que sigan creciendo como personas y como jugadores de básquetbol”, dijo García, un reputado coach de destrezas de baloncesto que luego de años trabajando con el Magic de Orlando y quien decidió regresar a Puerto Rico para formar la Academia de Baloncesto Pro Bounce.

Para ambos Delgado y García, lo más que les entusiasma es poder llevar el proyecto hacia diversas comunidades marginadas a través de la isla. Además, indicaron que desean ser ejemplo para que otros modelos comunitarios hagan lo mismo.

Un grupo de jóvenes que ya han sido identificados para ser parte del programa entrenan en las facilidades de ProBounce.
Un grupo de jóvenes que ya han sido identificados para ser parte del programa entrenan en las facilidades de ProBounce. (Vanessa Serra Díaz)

“Yo sé que esto va a ser algo de mucha bendición para la juventud de Puerto Rico. Hay mucho talento en los residenciales, en los barrios, en las escuelas públicas y nosotros tratamos de no sólo hacer nuestra parte, sino que vamos a emular para que otros también lo hagan”, señaló Delgado.

El pastor evangélico culminó compartiendo su visión para el futuro de la academia y brindando un mensaje para los padres de la actual generación de jóvenes que tienen como deseo ser deportistas profesionales.

“De aquí a diez años esperamos 20 predicadores. De esos veinte, quizás cinco sean baloncelistas profesionales y los otros 15 puedan terminar una carrera académica como doctores y abogados. Sabemos que no todos van a llegar a la NBA, no todos van a llegar al Baloncesto Superior Nacional, pero sabemos que todos sí pueden escribir sus nombres en el libro de la vida”.

“Nosotros algunas veces les damos más atención a los hijos en la cárcel, que cuando están afuera. Yo creo que debemos cambiar los cables. Hay que darles más atención cuando están afuera para que no lleguen a la cárcel”, añadió el evangelista carolinense recordando que como también sucedió con García, ambos en su momento tuvieron todo el éxito del mundo en lo que hacía pero les faltó algo para completar su felicidad y sanar sus depresiones y problemas.