Los usuarios del transporte colectivo son en su mayoría personas de escasos recursos, sin autos y que no pueden costear todos los días el servicio de Uber o un taxi, por lo que no les queda otro remedio que quejarse del servicio que reciben y vivir abrumados por el calor y la larga espera.

“Esto es fatal. Esperando hace rato y no ha llegado”, soltó Juanita Trinidad, mientras esperaba sentada en el conocido “corral de la AMA (Autoridad Metropolitana de Autobuses)” de Capetillo, Río Piedras.

La mujer afirmó que una guagua de la ruta 9 de la AMA, de Río Piedras hasta el Viejo San Juan, suele tardarse hasta una hora y media en llegar. Para resolver la situación, pidió “que pongan más guaguas”.

“Esto es pésimo”, dijo, por su parte, Bienvenido Álvarez, residente de Villa Prades.

“Antes se esperaba de 10 a 15 minutos, ahora una hora, una hora y 35 minutos. Que mejoren el servicio. Hay que meter guaguas, más choferes”, precisó.

Álvarez dijo que no opta por solicitar el servicio de Uber o un taxi, porque “eso es más caro”.  Los usuarios de la guagua de la AMA pagan 75 centavos por este transporte, mientras que un servicio de Uber de Río Piedras hacia el Viejo San Juan suele costar unos $14.50.

De hecho, usuarios entrevistados en la estación del Tren Urbano de Río Piedras destacaron más las penurias que atraviesan con la AMA que su travesía en este ferrocarril.

Dayna Díaz, al ser cuestionada por el servicio, lo que hizo fue quejarse de la mucho que “se tarda y se tarda la AMA”.

“Las veces que uso el Tren Urbano lo más que espero son 15 minutos”, agregó. 

Los que viven en áreas no cubiertas por ruta de la AMA optan, entonces, por las pisicorre. Estos usuarios pagan un poco más por el servicio, entre $1 a $4, dependiendo la trayectoria, pero tienen que esperar a lo que se llena la guagua.

Por ejemplo, María García paga $2.25 para llegar desde Canóvanas, pueblo en el que reside, hasta el terminal de carros públicos Juan R. Palerm, en Río Piedras, para sus constantes citas médicas. Esta dijo que no le gustaba el servicio, pero no le quedaba otro remedio que montarse en una pisicorre.

“No es bueno, porque ahí viene y se monta el malvado, el malcriado. Hay de todo. Vienen a asaltar a uno. De bueno no tiene nada. Hay mucha guagua que no tiene aire y uno pagando $2.25 asfixiándote. Ahora mismo, yo venía con un loco que guía malísimo”, denunció, mientras esperaba que un chofer consiguiera la cuota para comenzar su regreso hacia Canóvanas.

Por su parte, Iris García Calderón, residente de Río Piedras, opta por pagar $2 para moverse a Santurce para cuidar a sus nietos. Lo primero que señaló contra el servicio es que muchas de las guaguas no tienen aire acondicionado.

Le mujer pidió al gobierno que asiste a los conductores de estos carros públicos, pues observa cómo “pasan horas y horas para ganarse un sueldito”.

Es que los días no están como antes que un chofer solía hacer en pocas horas $100.

José Castro Rivera, quien lleva 49 años como chofer de pisicorre, que en un día de suerte hace entre $40 a $50 diarios.

“Esto decayó hace como 10 años para acá”, comentó el hombre que paga una mensualidad de $400 al dueño de la guagua para permanecer activo.

Domingo Rivera, que lleva 35 años en como chofer entre Río Piedras a Trujillo Alto, indicó que ni bajar el precio del viaje de $1.25 a $1 le ha ayudado a aumentar su clientela.

Explicó que tampoco espera acumular los 10 pasajeros para salir a dar la ronda. “Ahora con cinco o seis” sale del terminal y al final del día, acumula entre $30 a $35.

“Se supone que el gobierno nos dé un subsidio y no dan nada”, se quejó.

El presidente de la Asociación de Choferes de Río Piedras, Ángel Romero, expuso que en los pasados años han solicitado al gobierno que les conceda, aunque sea, algún préstamo para comprar guaguas nuevas y no han tenido éxito.

“Las guaguas que tenemos están un poco usaditas y otra, verdaderamente, el servicio quisiéramos mejorarlo”, reconoció el hombre, al aludir a que en los pasados años han perdido el 10% de la clientela.

Romero también se quejó porque no han logrado coordinar con la AMA el servicio en la zona de San Juan.

Alegó que hay rutas innecesarias, pues en ocasiones “corren completamente vacías. Si ellos se coordinan con nosotros, mejoran el servicio”.