Decenas de personas se movieron en sus carros hasta el expreso José De Diego en la parte alta de Toa Baja, tras el potente terremoto de 6.4 que sacudió a Puerto Rico esta madrugada.

Entre las decenas de personas, Vanesa Pérez, residente del barrio Campanillas de Toa Baja, relató su desesperación cuando ocurrió el temblor y estaba sola con sus hijos de siete años y ocho meses.

"Empezó todo a moverse bien fuerte, no había luz, se escuchaba todo afuera, fue impactante, me asusté mucho estaba sola en mi hogar con mis niños... salí corriendo a buscar a mis niños. Pensé que la tierra se iba a abrir que era algo mayor. Después llamó mi esposo y me vine aquí a la autopista con mis niños. Yo me voy cuando amanezca", relató la madre.

“Eso se sintió demasiado fuerte, pero todos estamos bien”, dijo por su parte Javier Maldonado de Vega Alta.  

“Estaba durmiendo y me despertó porque la casa es de cemento y se movía todo. Desde que llegué está temblando y yo no sentía nada, pero desde ayer estoy nerviosa", indicó Nancy Cáez, de Nueva York, quien está de visita en Puerto Rico.

Otra de las que esperaba en el paseo de la vía pública fue Mónica Torres de Toa Baja pueblo. “Fue bien fuerte. Terrible. Primero fue un zumbido y se fue la luz. Ahí vino el temblor y no podíamos ni movernos. Recogimos toro y arrancamos. No había luz, no había señal, no sabíamos nada. Quien me estaba informando era mi cuñado desde allá fuera”, lamentó la mujer al detallar que son ocho en la casa con tres niños de seis, nueve y doce años.