La verdad es que el costo de la vida ha subido dramáticamente y lo peor es que se pronostica que seguirá subiendo. Se habla de la inflación más alta en los últimos 40 años y todos la estamos sintiendo en el bolsillo.

Da miedo ir a echar gasolina. Los tiempos en que llenábamos el tanque con 20 pesos y sobraba algo para unas papitas y un refresco, quedaron en el pasado. Ante esta realidad, lamentarnos no resolverá mucho. Echarle la culpa a este o al otro, poco ayudará a resolver nuestros retos. Tenemos que hacer los ajustes que sean necesarios de acuerdo a nuestra realidad y circunstancias.

Pero, hay consejos y recomendaciones que nos aplican a todos y quiero compartir con ustedes. Algunos que he aplicado en casa y otras son recomendaciones de expertos en distintas partes del mundo que parecen coincidir.

Comenzamos con una sencilla recomendación que no acostumbramos a hacer, o por lo menos yo no lo hacía de manera formal hasta ahora: hacer un presupuesto.

Siempre tenemos una idea de los gastos y los ingresos, asegurándonos de no pasarnos. Pero estos tiempos requieren que seamos específicos y que hagamos un presupuesto escrito para garantizar que mantenemos controlados nuestros gastos. Esto nos permitirá establecer prioridades y decidir cuáles gastos son inevitables y cuáles pueden esperar o, simplemente, no realizarse.

A veces gastando un poquito aquí y un poquito allá, sin darnos cuenta, acumulamos un número importante en gastos. El tener un presupuesto escrito nos ayuda a recordar que no debemos pasarnos de la raya.

Tener claras las prioridades es otra de las recomendaciones que se repiten una y otra vez en los escritos de expertos que he leído.

Hacer una listita a la hora de comprar es otra recomendación, la famosa nota para el supermercado. Antes la hacía solo cuando mandaba a David para asegurarme de que me trajera lo que yo necesitaba, no lo que se le hiciera más fácil encontrar en las góndolas. Ahora la hago siempre.

También ahorra en el gasto de utilidades, como el agua y la luz, aprovechando las distintas alternativas para ser más eficientes.

Estar pendiente a las promociones y especiales es algo importante, pues en tiempos de inflación la competencia aumenta y las tiendas sacan sus especiales.

En fin, lo que recomiendan para enfrentar los altos precios no es nada del otro mundo ni muy novedoso, todo lo hemos escuchado y también hecho en algún momento en nuestra vida. Pero no está demás que lo repitan y no los señalen como algo a realizar de forma coordinada y repetitiva para convertirlo en hábito y buscar la forma de estirar el peso.

Los que hemos vivido 30 años o más sabemos que estos periodos son transitorios, pero impredecibles, así que vale la pena hacer los ajustes que sean necesarios. Una recomendación de buena fe nunca está de más. ¡A estirar el peso!