Las ejecutorias de los gobiernos deben medirse a base de cómo tratan a los más necesitados. Si fuéramos a medir nuestros gobiernos sobre su ejecutoria ante los más necesitados debemos leer, como Daniel, la escritura en la pared: “Mene Mene Tekel Upharsin”. En español: “Contó Dios tu reino, y le ha puesto fin. Pesado has sido puesto en balanza y has sido hallado falto de peso.”

En ocasiones se les llama sectores “vulnerables”, cuando son realmente sectores “vulnerabilizados” por el gobierno. La torsión de prioridades del gobierno, coloca a la sociedad en precario, en particular a elevar el número de necesitados. La gestión y administración pública tiene que ser legislación y, sobretodo, acción. Eso no ocurre. Aquí tres ejemplos.

Hace unos días se publicó una noticia que el obstáculo más grande que enfrentan las personas con diversidad funcional son las 238 leyes aprobadas para proteger a los impedidos y no se cumplen. De qué sirve la tinta y el papel donde se publican leyes, si no hay la voluntad más decidida para que se cumplan. Es una política pública simulada.

Por otra parte, en una vista pública que causó estremecimiento -gracias a las preguntas certeras del representante del PIP, Denis Márquez- se descubre el escándalo de que hay más de 10,000 casos de abuso infantil, cuyas querellas no han sido atendidas por el Departamento de la Familia. La excusa: no hay recursos. ¿En serio? Justo cuando hay legisladores que no asistieron por estar de turismo político con fondos públicos y seis cabilderos de la estadidad que cuestan cerca de un millón de dólares al año. Solamente por poner dos ejemplos.

La tercera noticia desgarradora fue la de una mujer de Síndrome Down que pasó días junto al cuerpo muerto de su madre cuidadora. Mientras el cuerpo de su madre se descomponía, ella hambrienta y deshidratada no sabía qué ocurría a su alrededor. Como dijo el policía en la escena: “La encontramos sentada en un sillón, como una niña de cinco años, mirando hacia el suelo. Pensaba que su mamá estaba durmiendo.”

¡Coraje e indignación! Los gobiernos han abandonado a su suerte y en su tragedia a personas de diversidad funcional, niños y jóvenes, y los adultos mayores. ¡Está bueno ya! Hay que crear un escudo social contra el abuso y abandono a los vulnerabilizados. Se tiene que acabar el abuso.

En el caso de las personas con diversidad funcional, hay que fortalecer los entes reguladores. La Oficina de la Defensoría de Personas con Impedimentos, la Oficina de Enlace con la Comunidad Sorda, entre tantas otras instituciones públicas y privadas, deben recibir el apoyo presupuestario del gobierno. Deben además, tener enlaces con universidades públicas y privadas. Hay que romper los muros del prejuicio.

Y esa es la causa de abuso, el prejuicio de tratar como menos a quienes tienen la misma dignidad humana. Con el abuso infantil, por ejemplo, establecer la legislación de sicólogos en las escuelas. Los sicólogos escolares tienen un título profesional particular. Hay que ampliar el marco profesional de los sicólogos con conocimiento y contacto importante con la comunidad que impactan. Así se identifican los problemas de violencia, que el Departamento de Familia no detecta. Además, son necesarios los recursos al Departamento para cumplir su función social.

En el caso de los adultos mayores, hay muchas propuestas de calidad y seguridad de vida, salud y economía. Pero una parte importante es el tema de los cuidadores de adultos. El Estado ha fracasado en dar la mano solidaria a quienes cuidan adultos mayores. Es una función y responsabilidad de caridad necesaria, que ha recaído principalmente en mujeres sin la valoración justa y necesaria.

AARP de Puerto Rico, entre otras organizaciones, han hecho propuestas y orientación sobre el tema de cuidadores en los hogares. En el caso dramático de la noticia de estos días, más necesario, porque son adultos mayores cuidando a adultos.

Siempre la excusa es falta de recursos. Pregunto: ¿Cómo es que siempre hay recursos para la poca vergüenza y no para los que necesitan? Como dijo Jinnette Morales, portavoz del Movimiento por la Niñez y la Educación Pública, jefa de familia de una niña Síndrome Down: “Esto es para decretar luto nacional, debería darnos vergüenza.”

Superemos la vergüenza.