No fue un acto intencionado.  Lo asegura una y otra vez a lo largo de la entrevista en un tono francamente creíble.  Pero, una vez completados, los coloridos óleos no mentían: varios de ellos mostraban un cierto parecido con obras clásicas de grandes maestros europeos, como Picasso, Cézanne y Matisse.

Así es como el artista Arnaldo Roche Rabell explica el nacimiento de su más reciente muestra, Los Grandes y Roche, que abrirá mañana al público en el Museo de Arte de Bayamón.  Alrededor de diez potentes pinturas trabajadas en la última década -y nunca antes exhibidas en la Isla- colgarán en dos salas del recinto, estableciendo una especie de diálogo con piezas cumbres de la plástica universal.

“Los organizadores de la exposición se dieron cuenta que eran obras basadas e inspiradas directamente en otros artistas, ya consagrados y famosos de la historia: Picasso, Archimboldo, Magritte, Tintoretto, Matisse…Sin yo mismo percatarme, por los pasados diez años me he reflejado mucho en obras que he visto de estos grandes maestros”, detalla Roche Rabell en una entrevista con este diario, sentado justo en frente de La mesa de Tintoretto (2008), la obra central de la exhibición.

El artista puertorriqueño, sin embargo, deja claro su admiración y respeto hacia las célebres figuras que sirvieron de inspiración fortuita  para sus óleos.  En este sentido, comenta que sus  propuestas son una reinterpretación -muy a su estilo- de los clásicos con los que ‘dialoga’ en la muestra, y nunca una copia fiel y exacta de ellos.
 “La idea no es robarle nada a Cézanne, por ejemplo, en Improbable que esto me llene (inspirada en la obra del francés titulada Naranjas y manzanas).  Es más bien compartir la tradición pictórica”, observa Roche Rabell.
 “Todas las obras las podemos asociar con  grandes maestros históricos.  No obstante, yo no me llamo a mí mismo maestro.  Yo no vivo de ese tipo de ideas ni produzco mi trabajo de arte pensando que soy maestro”, reconoce con humildad.  “Realmente, yo produzco más como un nene chiquito y no como un maestro”, añade entre risas.

Adquieren su obra

La razón principal para el lanzamiento de Los Grandes y Roche es celebrar la última adquisición del Museo de Bayamón: el óleo sobre tela La mesa de Tintoretto.  La imponente obra de Roche Rabell, basada en la pintura del veneciano Las bodas de Caná (1561), pasará ahora a enriquecer la colección permanente del centro cultural, tras el interés mostrado en ella por el alcalde y la primera dama de la ciudad, Ramón Luis Rivera y Waleska Colón.
El tríptico consta de paneles a todo color de 7 x 7 pies cada uno, bañados en tonalidades fuertes como el verde, amarillo, azul y rojo.  Se trata de una “metáfora de la comunión católica”, como explica la historiadora en arte Marimar Benítez en un escrito sobre la exhibición, con la que el artista refleja algunas de sus inquietudes sociales actuales, e invita al espectador a reflexionar sobre ellas.

“Con esa silla que hay ahí en la pintura, yo hago una especie de invitación para que todo el mundo venga a sentarse a ver de qué manera todos sobrevivimos.  Porque si no sabemos, vamos a tener que buscar maneras de sobrevivir”, señala Roche Rabell.

 “Pero el arte funciona a muchos niveles.  Yo te puedo comentar cosas de estos cuadros, pero,  obviamente, el que venga puede entender muchas cosas”, confiesa.

Fiel a su técnica

Como es común en sus propuestas, el artista usa su famosa técnica de calco o frotamiento de cuerpos y objetos -mesas, sillas, maderas, etcétera- como punto de partida en cada canvas.  Con espátulas y cuchillos, Roche Rabell rasguña, tajea, fricciona y crea gruesas capas de pigmento sobre la superficie pictórica, dejando huellas visibles a quien la contempla.

El resultado, como advierte el propio artífice, son enérgicas pinceladas expresionistas que crean una atmósfera intensa imposible de ignorar. 

“Una de las cualidades de mi trabajo es que  te obliga a acercarte.  Mi obra no es solamente para verla de lejos y ver de qué se trata este cuadro de 3 piezas de 21 pies.  Se trata más bien de caminar hacia él, acercarte.  Ver qué rayos le pasaba a Roche en ese momento que le dio este yeyo, y que de repente cogió ese purrón gigante o  esa mesa de 8 pies más grande que él y la frotó en el lienzo”, indica con simpatía.

“Esta superficie está amada, rasgada, maltratada, compuesta y recompuesta con cosas que le pertenecen, con cosas que no le pertenecen”, puntualiza el artista frente a Testigo natural (2004), otra de las que se muestran en la exhibición, inspirada en la Silla (1888) de Vincent van Gogh.

El Museo de Arte de Bayamón está localizado en las instalaciones del Parque de las Ciencias Luis A. Ferré y está abierto de  miércoles a viernes, de 9:00 a.m. a 4:30 p.m., y sábados y domingos, de 10:00 a.m. a 5:00 p.m.  Para detalles, llama al 787-786-2510.