Tras completar satisfactoriamente dos años de arduo entrenamiento con la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA, sigla en inglés), Marcos Berríos Roldán se convirtió este martes en el segundo astronauta boricua activo con posibilidades de llegar a la Luna.

El guaynabeño, de 39 años, obtuvo este mediodía las “alas” que lo harán elegible para vuelos espaciales, incluyendo asignaciones a la Estación Espacial Internacional, futuros destinos comerciales y misiones a la Luna y, más adelante, misiones a Marte, de manos de su compatriota y actual jefe de astronautas, Joseph Acabá.

Berríos Roldán se mostró muy contento al dar este importante paso, reflejando una sonrisa de oreja a oreja durante la ceremonia.

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El ahora astronauta se graduó del programa Artemis, junto a sus compañeros de la clase número 23 de la NASA, que incluyeron a Nichole Ayers, Chris (Christina) Birch, Deniz Burnham, Luke Delaney, Andre Douglas, Jack Hathaway, Anil Menon, Christopher Williams y Jessica Wittner, así como los astronautas de los Emiratos Árabes, Nora AlMatrooshi y Mohammed AlMulla. La ceremonia se realizó en el Johnson Space Center de la NASA, localizado en Houston, Texas.

Los boricuas se hacieron sentir en la graduación. Se observaron banderas de Puerto Rico entre el público, principalmente compuesto por estudiantes.

En un vídeo publicado durante el evento, el ingeniero y militar expuso que todo este proceso de convertirse en astronauta “ha sido una experiencia de crecimiento”.

Dejó claro en sus contestaciones durante una sesión de preguntas -incluyendo una de Ian Colón, estudiante de sexto grado de la Academia Wesleyana en Guaynabo- que la humildad es importante para alcanzar los sueños. También habló de ser disciplinado, curioso y no darse por vencido.

Estableció que su nuevo cargo de astronauta dejará fuertes huellas sobre las capacidades que tiene la comunidad latina y que ya ha sido demostrada dentro de la NASA por personas como el boricua Acabá y el salvadoreño Frank Rubio, entre otros.

“No hay razón para no pensarlo así”, sentenció.

Por otro lado, una vez graduado, su compañera de estudios, Wittner, describió al boricua como una persona que “siempre nos empujó y motivó a ser mejores y a trabajar duro. Marcos es una de las personas más dedicadas y motivadoras que he conocido y es un excelente miembro de equipo”.

Sus compañeros también lo elogiaron por su sonrisa y dotes de bailarín. Pero, resultó seleccionado por unanimidad como el mejor piloto del grupo.

A seguir los pasos de Acabá

El nuevo astronauta le seguirá los pasos a Acabá, quien en el 2008 se convirtió en el primer astronauta de origen boricua en formar parte de una misión espacial.

Según reveló en una entrevista publicada por la NASA, considera a su compatriota una persona “muy especial”.

Relató que fue una de las primeras llamadas de felicitaciones que recibió cuando a finales de 2021 fue seleccionado como candidato a astronauta.

“Por supuesto, soy un gran admirador de Joe, siendo de Puerto Rico. Lo seguí muy de cerca. Y entonces me llamó para felicitarme. Me llamó para decirme que, aunque no lo sabía, estaría enorgulleciendo enormemente a un gran grupo de individuos, personas. Y eso fue muy especial. Y realmente aprecio eso de Joe. Así es la persona que es”, contó.

De padres puertorriqueños, Berríos Roldán nació en una base militar en Tennessee. Sin embargo, se crió en Guaynabo, pueblo al que acogió como suyo.

El puertorriqueño Marcos Berríos, un mayor de la Fuerza Aérea que fue seleccionado a la campaña Artemis de la NASA en el 2021, completó sus dos años de capacitación básica, por lo que recibirá sus "alas" hoy.

Sus padres son Clemente Berríos, de Humacao, y Antonia Roldán, de San Lorenzo.

Cursó sus estudios primarios en la Academia Wesleyana, en Guaynabo, y se graduó de cuarto año de escuela superior localizada en el Fuerte Buchanan, Antilles High School.

La NASA destacó que Berríos Roldán es mayor de la Fuerza Aérea de Estados Unidos. Trabajó como ingeniero aeroespacial para la Dirección de Desarrollo de la Aviación del Ejército de Estados Unidos en el aeródromo federal de Moffett, en California, y como piloto de helicópteros de búsqueda y rescate de combate para la Guardia Nacional Aérea de California. Es piloto de pruebas y tiene una licenciatura en ingeniería mecánica del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT, en inglés), en Cambridge, Massachusetts, y una maestría en ingeniería mecánica, así como un doctorado en aeronáutica y astronáutica de la Universidad de Stanford, en Palo Alto, California. Ha acumulado más de 110 misiones de combate y 1,400 horas de vuelo en más de 21 aeronaves diferentes.

Fue el 6 de diciembre de 2021 que se anunció que el boricua logró entrar a ser parte del programa Artemis, el cual tiene entre sus misiones llegar nuevamente a la Luna.

En entrevista con Primera Hora, el guaynabeño expuso que la encomienda der ser astronauta le daría oportunidad de “probar de qué estoy hecho”. Dijo que esperaba que se esfuerzo “algún día” hicieran sentir orgullosos a los puertorriqueños.

“Desde chiquito soñaba ser astronauta, porque me inspiraban ver las fotos de las estrellas, de los planetas y quería viajar para esos sitios. Pensaba que eso era lo que hacían los astronautas, viajar el universo. Pero uno se da cuenta rápidamente que eso no es cierto, verdad, y la razón por la que quise ser astronauta evolucionó con el tiempo”, manifestó.

Añadió que, “ahora que soy mucho más viejo, me encantaría poder usar mi experiencia como ingeniero, como piloto de prueba para poder desarrollar los vehículos nuevos que se van a usar para poder ir a la Luna y para Marte”.

La capacitación para convertirse en astronauta no fue fácil. En la entrevista que realizó con la NASA con motivo de la graduación, informó que consistió en realizar vuelos, aprender a hablar ruso y conocer lo que es la Estación Espacial.

“Lo que más me gustó de la formación fue la variedad de disciplinas que cubrimos durante estos dos años. Si fuera por mí, probablemente continuaría en la escuela para siempre. Realmente, disfruto aprender cosas nuevas y realmente disfruto aprender nuevas habilidades. Y el hecho de que pude aprender un nuevo idioma, el ruso, el hecho de que pude aprender sobre geología, pude pasar dos semanas en el campo con mis compañeros de clase recogiendo rocas, identificándolas, inventando historias sobre cómo se formaron las montañas a nuestro alrededor, cómo se formaron los océanos y diversas características geológicas, fue extremadamente divertido. Hicimos un curso de liderazgo al aire libre. Lo hice con la mayoría de mis compañeros de clase. Fue una experiencia especial en la que pudimos compartir historias personales y nos unimos, lo que creo que nos hizo ser mucho más cercanos y ciertamente mejores compañeros de equipo y mejores seguidores para el futuro. Entonces, mi parte favorita del entrenamiento fueron todas las diferentes disciplinas y todas las diferentes habilidades a las que estuvimos expuestos, y tuvimos la oportunidad de aprender”, afirmó el boricua.

Entre las cosas que más disfrutó de sus estudios para convertirse en astronauta fue la caminata espacial.

“El entrenamiento de caminata espacial no solo fue un desafío mental, sino también físico, sino que también fue probablemente lo más parecido a ser astronauta que hicimos en los últimos dos años. Cuando piensas en ser astronauta, piensas en estar en un traje espacial, al menos yo pienso en hacer una caminata espacial. Por eso creo que esa parte del entrenamiento fue extremadamente especial. Creo que a todos nos encantan los desafíos. Fue un desafío, pero muy divertido”, explicó.

En general, el guaynabeño expuso que tuvo una “experiencia increíble” en los estudios que lo llevarían a encaminarse para ir al espacio.

Hacia el futuro, se cuestionó: “¿Qué es lo que más espero de ser astronauta? Estoy muy emocionado de contribuir a la misión Artemis en mi puesto actual. Ahora mismo mi tarea técnica es trabajar en el sistema de aterrizaje humano. Y así puedo interactuar con todo el equipo de la NASA que está con SpaceX y Blue Origin. Ésa es un área que me resulta extremadamente apasionante. Se alinea bien con mi experiencia como ingeniero, como piloto de helicóptero. Y por eso estoy muy entusiasmado con esa parte. Por supuesto, estoy muy emocionado de contribuir a la ciencia en la estación espacial. Estoy muy emocionado de aprender más sobre la empresa de la NASA en su conjunto. Una vez más, podría ser un estudiante o estar en la escuela para siempre. Por eso es muy emocionante tener la oportunidad de hablar con expertos en el campo de la geología, con expertos en el campo de la astrofísica y la radiación. Supongo que estoy emocionado de ser parte de la NASA en general”.

Aceptó que pudieran pasar cinco o 10 años para que pueda ser asignado a la misión esperada, salir de los confines de la Tierra y convertirse en un “boricua en la Luna”.